viernes, 18 de febrero de 2011

informacio sobre vampiros

[editar] Historia de los vampiros
Ilustración moderna de un vampiro.
Artículo principal: Vampiros en la mitología

[editar] Los vampiros en la Antigüedad

Inicialmente la mayoría de menciones de seres con características vampíricas en la Antigüedad son parte del folclore y de los mitos en casi todas las civilizaciones, desde Egipto y Sumeria hasta las culturas indoamericanas.
En Mesopotamia se invocaba a los dioses protectores para que acabaran con los Utukku, seres culpables de las enfermedades y las pestes, que pueden considerarse como antecesores de los vampiros.
En el Antiguo Egipto la diosa de la guerra Sejmet hija de Ra y llamada "la terrible", asoló la tierra para castigar a los hombres y solo pudo ser apaciguada embriagándola con un brebaje de color rojo semejante a la sangre que bebía.
En el folclore árabe y africano se menciona la existencia de unos demonios necrófagos y vampiros, que cambian de forma a su antojo, llamados guls, en árabe, "Al-ghul" (demonio, que se convertían en tales por haber tenido una muerte violenta). En uno de los relatos de Las mil y una noches llamado Honor de un Vampiro el protagonista es un Ghul.[17]
En el judaísmo uno de sus arquetipos míticos es Lilith, la primera mujer de Adán, de quien se decía que se alimentaba de la sangre de los niños no circundados y es inspiradora de muchos personajes de vampiresas seductoras en la ficción por su acentuado carácter sexual.
En la India los vetala (demonios vampiros) ocupan un lugar importante en las narraciones y, como parte de la corte de Siva, rondan los lugares de cremación. Igualmente en las mitologías budista, hinduista y mitología jainista, un preta es un espíritu atormentado, el alma de un fallecido condenado a sufrir una eterna hambre de sustancias repugnantes o de sangre lo cual lo torna peligroso para los vivos.
En América, el pueblo amerindio Mapuche tiene entre sus creencias la existencia de un ser vampírico conocido como el Pihuychen que atacaría principalmente a animales, pero también a humanos. Igualmente creían en la existencia de una criatura vampírica acuática conocida como Trelke-wekufe (El cuero). Posteriormente ambos seres formarían también parte de la tradición chilena. Los Aztecas creían en unas diosas temibles llamadas Cihuateteo espíritus de mujeres que morían durante el parto y que provocaban pestes, atacaban a los niños y en las noches a los viajeros especialmente en los cruces de caminos.[18] Según el Popol Vuh, los Mayas creían que el guardián de Xibalbá era un murciélago con rasgos humanos llamado Camazotz que decapitaba a los extraños.[19] Un mito del pueblo Shuar que habita en la selva amazónica en Ecuador y Perú dice que los "Jencham", como denominan a los murciélagos hematófagos que habitan las cavernas, se originan en hombres que fueron así transformados por su gusto en derramar la sangre.[20]
En Europa, la mitología griega, incluye la leyenda de Lamia, hija de Belo rey de Libia, quien por sostener un romance con Zeus sufrió la ira de la diosa Hera que asesinó a sus hijos y la convierte en un monstruo despiadado que mataba niños para devorarlos y alimentarse con su sangre, así como a seducir a los viajeros extraviados con igual propósito. Otro personaje mitológico griego es la Empusa, ser monstruoso con pies de bronce que podía transformarse en una bella mujer para seducir a los hombres y beber su sangre o devorarlos. En Grecia se creía también en los Vrykolakas, que atacaban a su familia después de muertos. En las leyendas rumanas se habla de los strigoi, deidades con rostro de mujer y cuerpo de pájaro que absorbían la sangre de los humanos mientras estos dormían.
Los romanos tenían a los larvae, no-muertos que no habían pagado sus crímenes en vida, y se vengaban de su estado esquelético y fantasmal absorbiendo la vida de los vivos.
Entre los francos la Ley Sálica, promulgada en el siglo V, preve multas a quienes practiquen el vampirismo: "...La mujer vampiro que devore a un hombre, comprobándose su culpabilidad, deberá pagar una multa de 8000 deniers, o sea , 200 sous".[12]
En España, hacen parte del mito criaturas como las guaxas en Asturias,[21] las guajonas en Cantabria[22] y las meigas chuchonas en Galicia, brujas con un solo colmillo para succionar la sangre de sus víctimas, sobre todo niños[23]

[editar] El vampiro en la Edad Media

Grabado francés para ilustrar "Histoire des vampires et des spectres malfaisans" publicado en 1820.
En la edad media los vampiros empiezan a ser parte de mitos y leyendas relacionados con personajes reales (Ver:Personajes históricos relacionados con el vampirismo) o con sucesos e identidades míticas con algún trasfondo real.
En la Saga Eyrbyggja que data del siglo XIII, sobre la colonización de Islandia, se cuenta como un jefe normando, Thorolf, regresa de su tumba para aterrorizar a la población hasta que su cadáver es incinerado.
En Rusia las creencias sobre vampiros, ligada al culto a los antepasados como parte del paganismo eslavo persistente, eran motivo de preocupación entre los evangelizadores cristianos en el siglo XI, según se desprende de los comentarios del traductor al ruso de una homilía de San Gregorio Magno[24] .[25]
En Inglaterra Walter Map en su obra De Nugis Curialium (1190) y William de Newburgh en el libro 5 de su Historia rerum Anglicarum (1196), incluyen relatos tradicionales de vampiros.[26]
En España, en la región catalana del Alto Ampurdán (Gerona), se originó en el siglo XII una leyenda un poco olvidada pero que quizá sea la más importante sobre vampiros en la península Ibérica, y es la del Conde Estruch, Estruc o Estruga, un anciano caballero feudal, defensor de la cristiandad que vivió en el Castillo de Llers, destruido durante la guerra civil española, y quien se dice que murió asesinado y, como consecuencia de una maldición por su represión de las costumbres paganas que persistían en la zona, se convirtió en vampiro, aterrorizando mucho tiempo a los habitantes de la comarca, seduciendo también a jóvenes mujeres que quedaban embarazadas para dar a luz engendros monstruosos que morían al nacer.[27]
Igualmente en la población de Tarragona llamada Pratdip, nombre que en catalán significa “Prado del vampiro”, existe la leyenda de los “Dips”, unos perros vampíricos que asolaron la comarca y cuya figura aparece en el escudo de la población, así como en retablos de una ermita cercana dedicados a la patrona local, Santa Marina. En esa población existen también las ruinas de un castillo que la tradición oral local atribuye fue la morada de Onofre de Dip, otro señor feudal convertido en vampiro.[28]
En Escocia existe una leyenda que se remonta al reinado de Jacobo VI de Escocia en el siglo XVI, sobre Sawney Beane quien conformó una salvaje e incestuosa familia de caníbales y vampiros que asoló la comarca de East Lothiam durante 25 años, hasta que fueron descubiertos en la cueva en que vivían y ajusticiados en Leith Walk.[29]

[editar] El vampiro en la edad moderna

Desde comienzos del siglo XVIII las menciones del vampiro pasaron de las tradiciones populares a las publicaciones periodísticas y eruditas en Europa, apareciendo descripciones y análisis de casos específicos, de los cuales el más emblemático es el de un hajduk serbio llamado Arnold Paole que motivó la inquietud de las autoridades del Imperio austrohúngaro hasta el punto que comisionaron sucesivas investigaciones conducidas por médicos militares autriacos que incluyeron la exhumación y examen de los cadáveres sospechosos. El 13 de febrero (1731), el padre de uno de los investigadores , el vienés Dr. Johann Friedrich Glaser, corresponsal del diario Commercium Litterarium de Núremberg, remitió al periódico una carta describiendo el caso tal y como se lo relató su hijo mediante una misiva fechada el 18 de enero. Mas tarde el médico Johannes Flückinger, quien condujo la segunda investigación, publicó en Belgrado la obra titulada Visum et Repertum (1732).[30] Este libro, que circuló con profusión por Europa, popularizó el vocablo latino vampirus que no se empleaba con normalidad hasta entonces.[31] y junto a la carta de Glaser fueron difundidos, citados y reproducidos en numerosos tratados (Ver El vampiro en la literatura) y artículos contribuyendo así a la propagación de la creencia en vampiros entre los europeos cultos. Los errores en estos informes médicos que dieron origen a la leyenda se explican hoy día por la poca comprensión que se tenía en la época sobre el proceso de descomposición de los cadáveres.
Gracias a las novedades que aportaba el llamado Siglo de las Luces, cuando se vive el triunfo de la razón y el desprestigio de las supersticiones, se trató de desvirtuar las leyendas sobre vampiros. En 1746 el monje benedictino Dom Augustin Calmet publicó su obra "Dissertations sur les apparitions des anges, des démons & des esprits et sur les revenans et vampires de Hongrie, de Boheme, de Moravie & de Silesie ..." con la intención de desacreditar el mito con argumentos cristianos.[1] ; pero ésta con otras obras que nacieron a la sombra de la Ilustración en contra del mito de los vampiros, como la Dissertatione sopra i vampiri (1774) del arzobispo de Florencia Guiseppe Davanzati, sólo consiguieron incrementar aún más la creencia en ellos.

[editar] El vampiro en la edad contemporánea

El vampiro, que ya desde el siglo XIX es un icono universal en la literatura de ficción, sigue presente en crónicas periodísticas y en leyendas urbanas actuales. El caso más famoso en EUA en tiempos recientes y clásico en el folclore de Nueva Inglaterra, ajustado a los cánones del mito, es el incidente sucedido con Mercy Brown fallecida a los 19 años a causa de tuberculosis en Exeter, Rhode Island, y cuya exhumación en 1892 fue realizada ante el temor de que se había convertido en vampiro.[32]
Igualmente es notable, ya en la Inglaterra del siglo XX, el caso del vampiro del cementerio de Highgate, en el suburbio londinense, que a finales de la década de los 60s fue el escenario de una leyenda urbana según la cual era rondado por un vampiro con características fantasmagóricas que cobró algunas víctimas antes de ser destruido con intervención de autodenominados cazadores de vampiros, que incluso llegaron a organizar una cacería la noche del 13 de marzo de 1970, cuando decenas de curiosos y ocultistas invadieron el cementerio en busca del supuesto vampiro.[33] [34]
En regiones de África postcolonial y en pleno siglo XXI, se siguen produciendo rumores sobre vampiros asociados a los colonos, misioneros o representantes de organismos europeos y adaptados a la modernidad, pues se mencionan vehículos automotores, sobre todo de los pintados de color rojo, usados para raptar a las víctimas y uso jeringas para extraerles la sangre[35] -

[editar] El vampiro en la cultura contemporánea

El arquetipo del vampiro está presente en la cultura contemporánea principalmente de cuatro maneras:
  1. Como prototipo de personajes de los videojuegos, de los cómics o de la literatura popular y del cine.
  2. Como icono y disfraz que no puede faltar en Halloween, particularmente el estereotipo que popularizó Hollywood encarnado por el actor Béla Lugosi.
  3. Como paradigma o referencia de ciertas subculturas o tribus urbanas, como la Subcultura gótica
  4. Como referencia lexicográfica en el lenguaje cotidiano y el termino en español, según el diccionario de la RAE, describe también a "Persona codiciosa que abusa o se aprovecha de los demás" y el verbo vampirizar a "Abusar o aprovecharse de alguien o de algo".[36]

[editar] Personajes históricos relacionados con el vampirismo

Existen personajes reales cuyas vidas inspiraron la figura del vampiro mítico en el folclore y la literatura de ficción contemporánea.

[editar] Vlad Draculea

Vlad Tepes
Artículo principal: Vlad Draculea
Véase también: Drácula
También conocido como Vlad III o Vlad Tepes, es un noble héroe nacional rumano que en el siglo XV luchó contra la invasión de los otomanos, famoso por la fiereza y crueldad de sus métodos y que inspiró la novela "Drácula" de Bram Stoker.
Vlad III, que era valaquio y no transilvano como lo atribuye Bram Stoker, es apodado Tepes que significa "Empalador" en rumano, por su método más famoso para escarmentar a su enemigos. Draculea significa hijo de Dracul que a su vez significa el dragón, y que era el título de su padre, Vlad II, un voivoda(príncipe) caballero de la Orden del Dragón. Debido a su éxito en expulsar a los turcos de Valaquia, por lo cual vivió en constante estado de guerra durante 1431 y 1476, y liberar la comarca de la delincuencia, se le considera un héroe nacional en Rumania y el salvador de Europa pues Valaquia junto con la vecina Transilvania, constituyen la puerta meridional de Europa que todo invasor procedente de Asia, tenía que pasar obligatoriamente si intentaba conquistar por el sur las fértiles llanuras europeas. Su historia es relatada en la canción titulada Von ainem wutrich der hies Trakle waida von der Walachei escrita por Michel Beheim, juglar germánico súbdito del rey húngaro Matías Corvino, en cuya corte conoció a Vlad cuando este se refugió allí huyendo de sus enemigos.[37]
La leyenda siniestra de Draculea, surge como mínimo desde su época, cuando sus enemigos sólo podían explicarse sus victorias militares atribuyéndole poderes necrománticos; pero en el siglo XX su figura ha tratado de ser reinvindicada.

[editar] Condesa Elizabeth Báthory

Artículo principal: Erzsébet Báthory
Véase también: Carmilla
Elizabeth Báthory
Llamada "La Condesa Sangrienta", este personaje vivió entre los siglos XVI y XVII e inspiró a Sheridan Le Fanu para crear en 1872 a la protagonista de su famosa narración Carmilla.
Elizabeth, importante aristócrata húngara y famosa en su época en Europa por su belleza, fue acusada de secuestrar en su castillo de Cachtice (en la actual Eslovaquia) a numerosas doncellas vírgenes, nobles y campesinas, a quienes torturaba y desangraba hasta la muerte para obtener la sangre que usaba en sus baños y bebía (aunque esto último no se comprobara en el proceso), como parte de prácticas de magia negra en que era asistida por un séquito de brujas, bajo la creencia de que así se conservaría bella y lozana. El corto proceso, ordenado e impulsado por el emperador Matias II y el palatinado, finalizó el 7 de enero de 1611, y mientras sus cómplices fueron torturadas y condenadas a pena de muerte en la hoguera, a Elizabeth por su condición aristocrática y la importancia política de su estirpe solo la condenaron a vivir emparedada en sus aposentos, que fueron sellados para siempre y en los cuales uno de sus carceleros la encontró muerta en agosto de 1614.[38]
En el siglo XX algunos cuestionan la verdadera magnitud de sus crímenes y la validez o exactitud de las acusaciones, atribuyéndole un carácter político a su proceso, cuyos archivos se conservan aun y son la fuente primaria de lo que se ha escrito sobre ella. En todo caso, la condesa Báthory es referencia ineludible en los estudios sobre el mito europeo del vampiro pues su historia se entremezcla con las leyendas relacionadas con él mismo.

[editar] Gilles de Rais

Artículo principal: Gilles de Rais
Este aristócrata francés del siglo XV, que luchó en los años finales de la Guerra de los Cien Años junto a Juana de Arco, buscando en la sangre el secreto de la piedra filosofal, torturó y dio muerte a unos 300 niños durante 8 años hasta que en el año 1440 fue capturado, procesado y ejecutado.

[editar] Henry Fitzroy

Artículo principal: Henry Fitzroy
El personaje real, hijo bastardo de Enrique VIII y conde de Nottingham y duque de Richmond y Somerset, murió a los 17 años, posiblemente de tuberculosis. Aunque su muerte no está esclarecida ni hay referencias históricas a actividades criminales o vampirismo, inspiró a la escritora Tanya Huff un personaje del mismo nombre, un vampiro "bueno" novelista y detective, que protagoniza La saga de la sangre (Blood Ties), convertida en serie de televisión.

[editar] El vampiro en la ciencia

En el siglo XVIII y en el contexto de la Ilustración surgieron escritos críticos buscando desvirtuar el mito del vampiro. Voltaire dedica al tema, con su ironía característica, un aparte en su "Diccionario Filosófico"[39] y Fray Benito Jerónimo Feijoo dedica igualmente con tono crítico al tema de "Vampiros y brucolacos" una de sus "Cartas eruditas y curiosas"(1774) a propósito del tratado escrito por un contemporáneo suyo, el fraile Augustin Calmet llegando a la conclusión que los sucesos son el resultado de una imaginación superticiosa y del embuste.[13] Con el tiempo, otros eruditos y científicos han tratado de explicar los orígenes del mito y los fenómenos que lo componen a la luz de las ciencias exactas y sociales.

[editar] Vampiro y Zoología

Artículo principal: Desmodontinae
La ciencia llama "vampiro" (nombre que le dio el naturalista Conde de Buffon en 1761) al murciélago hematófago conocido como Desmodus rotundus que habita en una amplia región de América, de hábitos nocturnos y se alimenta de sangre de sus víctimas habitualmente ganado bovino, equino o porcino, a las cuales ataca mientras duermen, gracias a sus agudizados sentidos para localizarlas, acercándose a ellas volando, arrastrándose por el suelo o saltando, para morderles en los hombros, espalda, región perianal, en las patas, pezuñas, así como en la base de los cuernos o en las orejas.
Son animales de pequeño tamaño, entre los 6 y los 9 centímetros y un peso de 25-40 gramos, pelaje denso color café grisáceo, cara aplanada, orejas pequeñas y puntiagudas, hocico corto y labio inferior en forma de V, con incisivos superiores anchos y filosos e inferiores pequeños, siendo los caninos largos, de punta aguda y borde posterior afilado. Este aspecto inspira a los maquilladores y encargados de los efectos especiales en las películas, las imágenes mas aterradoras para presentar en aspecto mas bestial a un personaje vampiro.

[editar] Vampiro y Medicina

De las ciencias, la medicina es la que más ha intentado explicar y esclarecer los orígenes del mito del vampiro folclórico.
En el siglo XVIII la ola de superstición desatada hizo que surgieran obras como Los vampiros a la luz de la medicina (1749)[40] de Próspero Lambertini que llegaría al papado con el nombre de Benedicto XIV desde donde siguió luchando contra las falsas creencias, o el Informe médico sobre los vampiros (1755) de Gerard van Swieten, médico y archidiácono de María Teresa de Austria, donde tras criticar el vampirismo y considerar poco frecuente aunque dentro de la normalidad los casos de incorruptibilidad de los muertos, desacreditaba a médicos y comisarios pues en muchas ocasiones y siguiendo sus indicaciones se realizaban sacrilegios, poniendo en entredicho el buen nombre del finado, violando tumbas y ultrajando cadáveres.[41]

[editar] ¿Enfermedades vampíricas?

El neurólogo español, Juan Gómez Alonso, propone una convincente explicación del mito a partir de ciertas enfermedades, que por sus síntomas y signos, así como por su impacto social, sirven para dar algún sustento científico a la leyenda del vampiro, sobre todo el del folclore europeo.[42]
[editar] La Peste
La peste, enfermedad infecciosa producida por la Yersinia pestis y transmitida por las pulgas de las ratas y otros roedores, es la más factible para explicar en forma simple pero verosímil las epidemias de vampiros en la edad media . Precisamente este fenómeno también es descrito como trasfondo de la historia principal de un vampiro en obras cinematográficas como el Nosferatu de Murnau o de Herzog.
Durante el siglo XIV, especialmente en Prusia oriental, Silesia y Bohemia, para evitar el contagio las víctimas de la enfermedad eran enterradas prematuramente sin constatar la muerte clínica. Muchos de estas víctimas de enterramiento vivo sufrieron por ello una larga y atroz agonía, infligiéndose heridas en su intento de escapar de sus tumbas. No es de extrañar, por tanto, que en la exhumación se encontraran al cadáver conservado y con manchas de sangre, lo que a falta de una mejor explicación estimularía la imaginación supersticiosa de la gente atribuyéndoles una condición de vampiros.
[editar] El carbunco o antrax
Esta enfermedad muy contagiosa, capaz de crear gravísimas epidemias, producida por el Bacillus anthracis que se puede transmitirse de los animales al hombre, podría semejar la sintomatología de una víctima de un vampiro. Los afectados presentan fiebre alta, sed intensa, convulsiones, dificultad respiratoria y alucinaciones que se atribuyen a la falta de oxígeno, con una sensación de asfixia que podía ser expresada por parte de la víctima como el estrangulamiento a manos de un vampiro.
[editar] La anemia
Esta enfermedad clásica, frecuentemente asociada a las anteriores, consistente en un déficit en la cantidad o calidad de los glóbulos rojos de la sangre encargados de transportar el oxígeno a todo el cuerpo, también puede explicar la creencia en la afectación de los vecinos y familiares allegados al presunto vampiro. Las supuestas víctimas presentaban una severa palidez acompañada de intensa fatiga, cansancio y respiración entrecortada, síntomas y signos clínicos que se pueden explicar con este trastorno que no siempre se debe a la pérdida de sangre, sino que hace parte también del cuadro de una desnutrición, ya sea por falta de adecuada alimentación por las propias enfermedades, o las carestías debidas a las guerras, cuando no por ayunos con motivaciones religiosas que tenían el objetivo de purgar los pecados y verse libre del peligro de la peste.
[editar] La rabia
La rabia, infección viral del Sistema Nervioso, es la enfermedad transmisible que científicamente explicaría adecuadamente el mito del vampiro, especialmente cuando su auge en Europa coincide con epidemias de esta afección durante los siglos XVI y XVII, en particular la ocurrida en Hungría entre 1721 y 1728.
  • Se transmite a los humanos generalmente por mordedura de animales como perros, lobos y murciélagos, portadores habituales de la enfermedad y que en el folclore han sido relacionados con los vampiros. Un médico anónimo ya mencionaba en 1733 que el vampirismo era una enfermedad contagiosa de una naturaleza parecida a la que sobreviene tras la mordedura de un perro rabioso.
  • Durante el periodo de incubación y fase preclínica (habitualmente entre 1 año y 3 meses), puede manifestarse con sensaciones anormales como parestesias, dolor en la zona de mordedura y sintomatología inespecífica inicial (fiebre, pérdida de apetito, fatiga, depresión, temor, ansiedad y sueños angustiosos) semejando una progresiva transformación de la persona en un vampiro.
  • La fase clínica, correspondiente a una encefalitis dada la predilección del virus por afectar al sistema límbico (importante en el control de las emociones y la conducta), se caracteriza por un cuadro de "rabia furiosa" consistente en síntomas, similares a los asignados al vampiro folclórico, como son: inquietud y agitación crecientes que pueden llegar hasta la agresividad, insomnio persistente y alteración del ritmo del sueño, y modificaciones de la conducta sexual expresadas como hipersexualidad. Debido a frecuentes espasmos musculares en cara, faringe y laringe, el paciente emite sonidos roncos y ahogados con una retracción de los labios de forma que asoman los dientes como si fuera un animal. Una exaltación de los reflejos, puede causar accesos de furor maníaco frente a pequeños estímulos, como leves contactos, corrientes de aire, luz y ruidos, ciertos olores o excitaciones mínimas como ver su imagen reflejada en un espejo. Las pesadillas y las alucinaciones también suelen estar presentes en este tipo de cuadro florido de la rabia que generalmente es mortal.
  • El espasmo muscular y los reflejos anormales en faringe producen característicamente un rechazo del paciente al agua lo que se denomina hidrofobia, nombre por el cual se conoce también a esta enfermedad, causado por los intensos dolores al intentar tragar agua o simplemente con su visión (¿sería extrapolable al agua bendita?). Los problemas para tragar su propia saliva, causan que la misma se acumule y gotee de su boca formando espumarajos.
[editar] La Porfiria
En particular el tipo de porfiria eritropoyética congénita o enfermedad de Günther , producida por una anomalía genética y hereditaria, se ha alzado con el título de "enfermedad de los vampiros"; pero, aunque curiosa y merecedora de estudio, no sirve para explicar las formas epidémicas del vampirismo debido a que es muy poco frecuente o escasamente diagnosticada.[43]
La enfermedad se caracteriza bioquímicamente por una alteración genética de la actividad de la enzima encargada de metabolizar las porfirinas pigmentos precursores del grupo Hemo componente de la hemoglobina que se encarga del transporte de oxígeno en la sangre y le da su característico color rojo. El resultado es una acumulación excesiva en los tejidos de estas sustancias, lo cual clínicamente se manifiesta en una serie de síntomas, signos y complicaciones que coinciden con ciertas características atribuidas vampiros del folclor, como son:[44]
  • Fotosensibilidad: El depósito de porfirinas en la piel produce una hipersensibilidad a ciertas radiaciones del espectro solar (las de 400 nm de longitud de onda y en menor grado las de 500 a 600 nm), lo que desencadena un proceso de producción de peróxidos que, al liberar oxígeno atómico en los tejidos, provoca destrucción celular, manifestándose por un fuerte enrojecimiento, agrietamiento y sangrado de la piel , formación de ampollas que se infectan fácilmente, formación de erosiones y úlceras que al cicatrizar dejan marcas y deformaciones en la zona afectada. Además, el organismo en un intento de proteger la piel del sol desarrolla hirsutismo o crecimiento anormal del vello en la frente, pómulos y extremidades y en zonas inusuales como las palmas de las manos, característica que por ejemplo Bram Stoker incluye en su novela al describir por primera vez al conde Drácula.
  • Deformidades faciales o "Facies vampírica": Producida cuando las lesiones faciales son extensas, recidivantes y mutilantes, destruyendo los labios (que dejan la dentadura al descubierto, dando la apariencia a los dientes de ser de mayor tamaño que el normal), los cartílagos de la nariz, mostrando frontalmente los agujeros nasales, o los auriculares, dando ocasionalmente un aspecto puntiagudo a las orejas. Igualmente, con la acumulación de porfirinas los ojos pueden aparecer de color rojizo y en los dientes aparece la llamada eritrodoncia por el depósito porfirínico en la dentina.
  • Palidez extrema y ansiedad por la sangre: Los defectos en la producción de hemoglobina producen anemia con toda su sintomatología característica, de la cual es destacable la palidez general, tal y como se describe la imagen clásica del vampiro. Un tratamiento habitual de la anemia son las transfusiones de sangre o del grupo Hemo, que no sólo mejoran la anemia sino que frenan la producción de porfirinas y muchos atribuyen que por esa razón los pacientes tiene ansiedad por la sangre. Antiguamente la terapéutica médica para las anemias incluía beber sangre de otros animales, lo cierto es que los jugos digestivos la destruyen y para tener cierto beneficio y que pudiera absorberse una mínima parte del grupo Hemo, el paciente tendría que ingerir más cantidad que la que se necesita vía intravenosa.
  • Intolerancia al Ajo: Esta hortaliza, parte de los elementos clásicos para ahuyentar vampiros, que se usa desde tiempos antiguos al atribuírsele propiedades antisépticas, antiparasitarias, expectorantes o hipotensivas, al parecer según estudios recientes produciría un bloqueo de la coagulación de la sangre al inhibir la agregación plaquetaria y uno de sus elementos, el disulfuro de alilo, por otra parte, podría destruir el grupo Hemo, todo lo cual podría aumentar el malestar del paciente con porfiria.[45]
  • Disociación emocional o mental del paciente: Este tipo de porfiria no trastorna, curiosamente, la sensación de bienestar del enfermo, aunque por el tipo de vida al que se encuentra sometido es frecuente que se alteren las facultades mentales, lo que podría explicar las obsesiones y crueldades que se atribuyen a los vampiros.
  • Prevalencia entre grupos familiares: Aunque la porfíria no explica bien las epidemias de vampiros, se ha intentado asociarla al mito por su prevalencia entre grupos poblacionales cerrados o familias dado su mecanismo de transmisión genética, basándose en el derecho de pernada que en la sociedad feudal era frecuente, lo cual supone la transmisión del material genético del noble señor feudal afectado de porfiria a las familias de sus siervos o del pueblo llano, produciéndose varios casos en un mismo periodo y con relativa frecuencia, explicando así la prevalencia en el entorno familiar del supuesto vampiro original. Por otra parte, entre las diversas variedades de la porfiria (especialmente en la aguda intermitente, variegata y coproporfiria) puede desencadenarse crisis por la ingesta de alcohol o por el estrés intenso que se ocasionaría con relativa facilidad en el ámbito supersticioso de la población crédula de los vampiros.
[editar] Enfermedades psiquiátricas
Artículo principal: Vampirismo
La atracción patológica por beber sangre ha sido la causa de que en las historia se registren muchos casos de personajes reales con conducta vampírica, cuya compulsión solo ha podido ser explicada psiquiátricamente al no encontrarse un sustrato infeccioso o somático como en las enfermedades antes descritas.
Psicosis y esquizofrenia son los diagnósticos más frecuentes de los psiquiatras forenses y expertos en criminalistica para explicar la conducta vampírica de personajes reales, en su mayoría asesinos seriales, como el caballero Gilles de Rais o la condesa Erzsébet Báthory antes citados, y criminales contemporáneos mencionados por las noticias en nuestros días (Ver: Pacientes notorios de Vampirismo).
Recientemente nuevas propuestas de clasificación de los trastornos mentales relacionados con la sexualidad o de las parafilias, asignan al vampirismo una categoría particular, deslindando y diferenciando este trastorno de otras filias como la necrofilia o el sadismo, para explicar y describir mejor la conducta criminal motivada por el placer libidinoso derivado de la vista, contacto o bebida de sangre de sus víctimas.

[editar] Vampiros y medicina forense

Tras un tiempo de estar sepultados, como parte del natural proceso de putrefacción y fermentación. dadas las condiciones de temperatura, humedad y nutrientes adecuadas, en especial en los pulmones y en sistema digestivo de algunos cuerpos se desarrollan una gran cantidad de bacterias y esporas productoras de gases que se acumulan en los tejidos.
Comúnmente, cuando en una aldea o pueblo corría el rumor de una "epidemia vampírica", asociada a alguna de las enfermedades antes descritas, días después de su funeral se desenterraban los cadáveres para corroborar que no se "hubiesen convertido en vampiros" y descansaran en paz. Cuando un cuerpo era exhumado y se intentaba manipularlo o clavar una estaca en su pecho, por la presión ejercida sobre los pulmones, podía producirse la exhalación de una especie de "suspiro" o grito, que sería en realidad un escape de los gases de putrefacción, haciendo pensar a los exhumadores que el cadáver era en efecto un vampiro activo y que la estaca había dado fin a su existencia.
Esta labor de exhumación, en la cual participaban sacerdotes, autoridades de las aldeas e incluso los familiares del difunto, era temida ya que muchos sufrían trastornos serios por la inhalación de estos gases producto de la fermentación o descomposición orgánica y cargados de bacterias y que brotaba del cadáver al ser manipulado.
Lo razonable es que si un vampiro humano existiese de verdad, tendría que consumir la sangre de al menos 12 personas, todos los días, debido a que la sangre no es una buena fuente de alimento.[cita requerida]

[editar] El vampiro en el arte

[editar] El vampiro en la literatura

Artículo principal: Vampiros en la literatura

[editar] Literatura académica o erudita.

Portada del tratado de Calmet sobre fantasmas y vampiros, versión en alemán (1752)
Los escritos que intentan compilar y analizar racionalmente el tema con argumentos filosóficos, teológicos y científicos, aparecen en Europa en los siglos XVII y XVIII cuando varias oleadas vampíricas (probablemente incidentes de epidemias e histeria colectiva) barrieron numerosos países de Europa Oriental. Esto produjo un interés generalizado en el tema, que llegaría a ser comentado por escritores de la talla de Voltaire, Descartes y Rousseau o el padre Benito Jerónimo Feijooen sus "Cartas eruditas y curiosas".[13]
Entre los primeros tratados publicado en Europa sobre vampiros está el titulado "Conceptos racionales y cristianos sobre vampiros o chupasangres" escrito en 1733 por Johann Christoph Harenberg filósofo, teólogo e historiador alemán.[46] Pero uno de los autores más famosos sobre el tema fue el monje benedictino francés Dom Augustin Calmet (1672-1757), abad de Senones, destacado exégeta e ideólogo de la Inquisición que escribió, entre otras muchas obras, un libro titulado El Mundo de los Fantasmas que incluye el ensayo titulado Negociación y explicación de la materia y características de los Espíritus y los Vampiros, y así de los retornados de la muerte en Hungría, Moravia, etc. Con esta obra,[1] Calmet realizó , por una parte, la primera diferenciación clara entre los vampiros y los demás espíritus y demonios, y por otra, plantea interrogantes sobre la naturaleza del vampiro, si está realmente muerto, o mediante qué mecanismo es capaz de escapar de la tumba, y qué clase de energía mueve su cuerpo, concluyendo que, a pesar de su naturaleza maligna, los vampiros son seres creados por Dios. Igualmente señala que el paganismo no era causa suficiente para conversión en vampiro, pues de lo contrario los romanos y griegos, que adoraban a dioses paganos, se habrían transformado todos en vampiros.
En 1820 el editor Chez Masson publicó en París "Histoire des vampires et des spectres malfaisans: avec un examen du vampirisme" de autor anónimo pero que algunos atribuyen al famoso escritor ocultista francés Collin de Plancy y en el cual se propone una visión racionalista del mito.
En Inglaterra el tema del vampirismo fue tratado en “The Vampire. His Kith and Kin” (1928) y en El Vampiro en Europa (1929) por Montague Summers, quien realiza estudio sobre el tema y describe la presencia vampírica a lo largo de la historia, desde la Antigua Grecia hasta la época moderna, en diversos países de Europa.

Literatura de ficción
Véase también: Novela gótica
Si bien en el siglo XVIII Goethe en su obra "La novia de Corinto (poema)" (Die Braut von Korinth)(1797) le da la protagonista el carácter de una vampiresa, los relatos literarios sobre vampiros proliferan prácticamente a partir del siglo XIX en medio de la corriente literaria del momento, es decir el romanticismo. En 1816, el poeta inglés Lord Byron pasaba unos días en las orillas del Lago Leman (Suiza) junto a un amigo, el médico John William Polidori. Mientras se hallaban en medio de una fiesta con el reconocido poeta Percy Shelley y su última mujer, Mary, se desató una tormenta alpina, que los obligó a permanecer en el interior de la casa, contando historias de miedo para entretenerse, hasta que en un determinado momento algunos de los presentes se retaron a escribir la mejor historia de terror y misterio de todos los tiempos. Como resultado Mary Shelley empezó a escribir su famosa novela Frankenstein, un mito mefistofélico de nuestro tiempo; Byron escribe el poema épico The Giaour, en el cual ya está presente la combinación del horror y de la lujuria que el vampiro siente y el concepto de los no-muertos que pueden pasar su maldición a los vivos, pero no llegó a completar la obra. Su amigo Polidori lo incluye en su obra titulada El Vampiro, un Cuento, novela publicada en 1819 y cuyo protagonista el «señor Ruthven», está inspirado en el propio Byron. Una secuela no autorizada de esta novela es llamada Lord Ruthwen ou les Vampires (1820) del autor francés Cyprien Bérard, seudónimo de Charles Nodier, que la adaptó en el primer melodrama de vampiros teatral.
En 1841 en Rusia se publicaron dos relatos del género gótico fantástico sobre vampiros, escritos por Alekséi Konstantínovich Tolstói (1817-1875): "El vampiro" centrado en la figura del “upyr” ruso, y "La familia del Vurdalak" ambientado en Serbia y basado igualmente en el mito eslavo.[47]
Entre 1845 y 1847 aparece en Londres Varney the Vampire or The Feast of Blood, folletín victoriano de horror gótico, cuyo autor no está plenamente identificado pero se atribuye sea James Malcolm Rymer o Thomas Preskett, ambos muy prolíficos y conocidos en ese campo de los llamados "Penny Dreadful" (folletín escabroso).[48]
En 1872, se publica Carmilla, novela corta escrita por Joseph Sheridan Le Fanu que muestra muchas características del terror gótico, e incluye una leve influencia de contenido erótico particular propio de los vampiros.
La novela gótica más famosa sobre vampiros sin duda es Drácula, del escritor irlandés Bram Stoker, publicada en 1897, cuyo protagonista personifica la fascinación de lo prohibido y es una figura simbólica clásica de la sexualidad reprimida, característica de la sociedad victoriana en la que el autor vivió.
En 1954 el escritor Richard Matheson publica la novela de ciencia ficción Soy Leyenda que narra un futuro mundo postapocalíptico regido por vampiros, y el protagonista es el último humano. Matherson desarrolla quizás la primera explicación racional del vampirismo descubriendo en la trama que es provocado por una bacteria. La novela cuenta con varias adaptaciones fílmicas.
La más importante revisión literaria del mito del vampiro después de Drácula, se produjo a finales del siglo XX (1976), cuando la escritora norteamericana Anne Rice publicó las Crónicas Vampíricas, una trilogía compuesta por las novelas Entrevista con el Vampiro, Lestat el Vampiro y la Reina de los Condenados, que después, dado su enorme éxito comercial y cinematográfico, ha continuado con secuelas como Memnoch el Demonio y Armand el Vampiro. Los vampiros concebidos por Rice son personajes adaptados al gusto de las sociedades contemporáneas, aptos para todos los públicos, carentes de la maligna crueldad sin remordimientos de sus antecesores literarios y de los personajes reales que los inspiraron; mostrándose como unos entes elitistas, posmodernos y confusos, sólo un poco pervertidos, con sentimientos de culpabilidad y humanizados, sumergidos en el pensamiento filosófico de la Nueva Era sin representar la maldad y bestialidad en estado puro que, en todas las culturas y civilizaciones, caracterizan al vampiro mítico tradicional.
A partir de 1986, el escritor británico Brian Lumley, desarrolló otra aportación al género literario de vampiros. En su serie del Necroscopio (las Crónicas Necrománticas) narra los enfrentamientos de su protagonista contra diversos seres de naturaleza vampírica; pero se desmarca completamente de las convenciones y tradiciones del mito, y los presenta como parásitos, que se sirven de los humanos y animales para sobrevivir, mejorando biológicamente a su hospedador otorgándole poderes sobrehumanos, mientras va sustituyéndo su personalidad.
A principios de los 90 aparece The Vampire Diaries", una serie de novelas escritas por L. J. Smith quien también explota el mito en sus saga Night World.
En 2004 se publicó Déjame entrar (Låt den rätte komma in), novela del escritor sueco John Ajvide Lindqvist, destacada por tener como protagonistas a Oskar, un solitario niño acosado por sus compañeros de colegio, y a Eli una vampiresa que aparenta 12 años, mostrando otra visión no menos siniestra del mito y para la cual el autor confiesa haberse inspirado en su propia niñez, en Carmilla y en la película "The crying game" (Juego de lágrimas). [49]
En 2005 aparece la saga de gran éxito sobre vampiros modernos, compuesta por las novelas Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer, escritas por Stephenie Meyer, sobre el romance entre Edward Cullen, un vampiro de 100 años con apariencia de tener 17 y Bella Swan, una adolescente normal.
En 2008 se empieza a publicar otra saga sobre vampiros y adolescentes, escrita por Claudia Gray, compuesta por: Medianoche (2008), Adicción (2009) protagonizada por Bianca, hija de vampiros, que se enamora de Lucas, un joven caza-vampiros.

[editar] El vampiro en las artes escénicas

Philip Burne-Jones, The Vampire, 1897.
  • Ópera: la opera en dos actos Der Vampyr (El vampiro), con música compuesta por Heinrich Marschner y libreto de Wilhelm August Wohlbrück basado en la obra de John William Polidori, se estrenó en Leipzig. en 1828 con gran éxito. En el 2000 se presentó en Madrid una versión en castellano.
  • Teatro: En 1820 en Londres y Dublín se representó una versión teatral también basada en la obra del doctor Polidori. Drácula apareció en el teatro por primera vez en 1897, con la obra Drácula, o el No-Muerto escrita por el propio Bram Stoker y la première tuvo lugar en el Royal Lyceum Theatre de Londres. Más popular resultó la versión de Hamilton Deane, estrenada en 1923 el cual para simbolizar al murciélago introduce en la caracterización del personaje la capa de terciopelo o cuero negro en el exterior y seda roja en el interior, quizás el más característico de los leitmotivs vampíricos. Bela Lugosi, el actor que más brillantemente ha representado el papel del vampiro en el cine y en el teatro, exigió y consiguió que se le enterrara envuelto en su capa.
  • El musical "Tanz der Vampir" (El baile de los vampiros), con música de Jim Steinman y basado en la película homónima de Roman Polansky quien también dirigió la producción original, fue estrenado 1997 en Viena y ha sido representado en todos los continentes.
  • Ballet: probablemente el primero que trató el tema del vampiro fue Polichinel vampire, ballet-pantomima en un acto escrito por François Alexis Blache, con música de M. Alexandre y representado por primera vez en 1823.[50] Luego aparece Morgano de Paul Taglioni y J. Hetzel (Berlín, 1857). A éste le siguió Il Vampiro con música de Paolo Giorza, producido en Milan en 1861. . En 1956, en Inglaterra se representó Vampaera de Peter Darrell. En 1980 apareció Love, Dracula de James Kudeka, interpretado por Les Royal Ballets Canadians, y en 1992, Dracula de Stuart Sebastian, ejecutado por el Dayton Ballet y el American Repertory Ballet.

[editar] El vampiro en la escultura

Apenas ha sido representada la figura del vampiro en la escultura. Prácticamente las únicas obras sobre tema vampírico son las que representan a seres mitológicos que, sin ser vampiros, están relacionados con ellos o incluso pueden considerarse origen del mito, como las lamias o ciertas representaciones de Lilith.

[editar] El vampiro en la pintura

En pintura destacan obras con El vampiro de Edvard Munch, realizada en el año 1895 o "El Vampiro Glorioso", de Boleslas Biegas, que data de 1916 y pretende ser un alegoría del horror de la Primera Guerra Mundial, aunque también de la mujer fatal, representada por un ser con más semejanza con las lamias que con el vampiro propiamente dicho.

[editar] El vampiro en la pantalla

Se han filmado una infinidad de películas y series de terror en cine y televisión sobre vampiros. Y el mito ha inspirado esporádicamente también a muchos comediantes, tales como Los Tres Chiflados, Bud Abbot y Lou Costello, quienes incorporaron el personaje del vampiro en sus comedias.

[editar] Cine

Artículo principal: Vampiros en el cine
Ya en 1922 el vampiro fue llevado al cine por primera vez, bajo el título Nosferatu, una Sinfonía del Horror, con la genial representación de Max Schreck y dirigida magistralmente por F.W. Murnau. Desde entonces, el vampiro, como siempre inmortal, ha protagonizado incontables producciones cinematográficas.
Un memorable film de Fritz Lang es M, el vampiro de Düsseldorf de 1931, inspirado en el caso de la vida real de un asesino serial de niños que conmovió a Alemania. A pesar de su título no es realmente una película del género.
La imagen del vampiro-Drácula por excelencia en el cine de las primeras épocas ha sido la del actor húngaro Béla Lugosi quien protagonizó la versión clásica Drácula dirigida por Tod Browning en 1931. En 1958 la novela Drácula volvió a ser adaptada para cine con un toque más erótico a cargo del actor inglés Christopher Lee quien llegó a ser identificado con el personaje tanto o más que Lugosi, protagonizando cerca de 10 títulos con esa temática.
En 1967 y con un toque de comedia negra y con la introducción del primer vampiro gay en el cine, el director polaco Roman Polański agregó con éxito a la filmografía sobre el mito la película El baile de los vampiros.
En 1979, se filmó una nueva versión de Dracula protagonizada por el actor Frank Langella
El personaje del conde Drácula fue de nuevo retomado en 1992 por Francis Ford Coppola para hacer Drácula de Bram Stoker, más fiel a la novela original que las anteriores versiones y en la que hace gala de todos los recursos que el cine permite para convertir en imágenes cualquier fantasía.
El cineasta John Carpenter también hizo un aporte a este género con su película de western-horror Vampiros(1998). El género de acción también tiene la saga fílmica iniciada en 1998, protagonizada por Blade y está basada en el personaje del cómic del mismo título, un dhampiro o cazador de vampiros contemporáneo.
En 1994 se realizó la película "Entrevista con el vampiro" dirigida por Neil Jordan y basada en la novela del mismo título de Anne Rice quien elaboró también el guion.
En el 2003 se inició otra saga fílmica compuesta por Inframundo (Underworld), Underworld: Evolution (2006) y Underworld: Rise of the Lycans (La rebelión de los licántropos) (2009), que narra una antigua guerra entre vampiros y hombres lobo.
El cine de animación cubano produjo en 1985 Vampiros en La Habana, una comedia sobre las aventuras de un vampiro adolescente cubano.
En 2005 apareció la película animada “The Batman vs. Dracula”, una síntesis-adaptación de la trilogía de novelas gráficas publicadas por Otros Mundos (Elseworlds), sello de DC Comics, compuesta por “Lluvia Roja”(Red Rain),“Tormenta de Sangre”(Blood Storm) y “Niebla Carmesí”(Crimson Mist), en donde Batman enfrenta y derrota a un recién resucitado Drácula, así como a una horda remanente de vampiros que liderados por el Joker aterroriza Ciudad Gótica, pero sacrificando su humanidad al volverse vampiro.
En 2008, se estrenó la película sueca Déjame entrar, la primera adaptación del libro homónimo y dirigida por Tomas Alfredson. En septiembre de 2010 estrenaron otra adaptación también homónima dirigida por el estadounidense Matt Reeves.
En noviembre de 2008 se estrenó Crepúsculo (película de 2008) basada en la saga escrita por Stephenie Meyer, seguida de las secuelas The Twilight Saga: New Moon en 2009 y Eclipse en 2010.

[editar] Televisión

Artículo principal: Vampiros en la televisión
El primer vampiro protagonista en tv posiblemente sea Barnabas Collins, atormentado personaje de la exitosa serie de la ABC llamada "Sombras tenebrosas"(Dark Shadows) emitida entre 1966-1971. Décadas después y para entretener a un público preferentemente adolescente, en 1997 aparece la serie Buffy, la cazavampiros, que alcanzó el éxito con 7 temporadas hasta 2003 y de la cual se desprendió una nueva serie con el mismo nombre que su protagonista, el vampiro llamado Ángel.
La serie canadiense de 1989 El Señor de las tinieblas (Forever Knight) tuvo como protagonista a un vampiro de 800 años trabajando como detective de homicidios solo de noche, con un refrigerador bien abastecido de sangre de animales, y un coche clásico con un enorme maletero, en donde se ocultaba del sol si lo sorprendía el día.
En 2007 se estrenó la serie Moonlight, que trata sobre la vida de Mick St. John (un vampiro que trabaja como detective privado) de la cual sólo se ha realizado una temporada, aun cosechando bastante éxito entre su numerosa audiencia.
Otra serie de televisión es "True Blood", estrenada en 2008, basada en los libros de la colección "Southen vampires" de la escritora Charlaine Harris. Trata sobre las aventuras de una camarera telépata, Sookie Stackhouse, en un mundo donde los vampiros han salido a la "luz".
En 2009 se estrenó la serie "The Vampire Diaries", basada en las novelas homónimas de L. J. Smith.
Exitosas franquicias de animación japonesa, tales como Vampire Hunter D,Hellsing Vampire Knight, Kamen Rider y Dance in the vampire Bund son protagonizadas por un vampiro, o mencionan el mito del vampiro. Otra serie en dibujos animados para TV sobre vampiros para la audiencia infantil es El conde Pátula, un desopilante pato-vampiro.
En la serie de animación Spawn, el capítulo 2 de la 3a temporada incluye el personaje de una mujer vampiro que asegura debe su condición a que fue violada por un Hellspawn.[51]

[editar] Vampiros en los videojuegos y juegos de rol

La popularidad del vampiro como icono en la cultura contemporánea ha llevado a sea un personaje o condición frecuentes en videojuegos y juegos de rol.
Halloween-vampire-boo.jpg
  • En la serie del juego Blood Omen: Legacy of Kain, el personaje principal al que se controla es un despiadado vampiro.
  • En el juego Bloody Roar uno de los personajes , Jenny, se transforma en vampiro.
  • BloodRayne es un juego de acción, del cual ya se han hecho también adaptaciones para el cine, donde la protagonista principal es una sexy vampiro llamada Rayne quien intenta vengarse de su padre por la muerte de su madre.
  • Castlevania, es un juego de plataforma 2D muy famoso en Japón, Europa y Estados Unidos y por su éxito durante la década de los 90, Konami realizó una saga basada en él. Relata la historia, desde el siglo XI hasta el año 2036, de Drácula, quien revive cada cien años en su castillo llamado Castlevania y una familia de cazavampiros, los Belmont (empezando por Leon Belmont en el siglo XI) quienes han ido tras el famoso conde y su legión de seres infernales.
  • Un juego de rol llamado Vampiro: la mascarada tiene dos adaptaciones como videojuego: Redemption y Bloodlines.
  • En otro juego de rol llamado Dungeons & Dragons el jugador puede encontrarse con vampiros e incluso convertirse en uno de ellos.
  • Los Sims 2: Noctámbulos y "Los Sims 3: Al Caer la Noche", los sims pueden ser mordidos por un vampiro que aparece en la noche, previa relación amistosa con él.
  • Los enemigos de la final del videojuego de Gantz son vampiros.
  • En los juegos de Kingdom Under Fire, el personaje Morene es mitad vampiro.
  • En el videojuego de la saga The Elder Scrolls IV: Oblivion el jugador puede ser convertido en vampiro al ser golpeado por uno o pidiéndole a uno que te convierta.
  • En el juego Toho (touhou) The Embodiment of Scarlet Devil aparecen dos personajes de niñas vampiros.
  • En el juego Metal gear solid 2: Sons of liberty aparece un vampiro llamado Vamp, miembro de la unidad enemiga Dead Cell

No hay comentarios:

Publicar un comentario